lunes, 23 de febrero de 2009

Aelita (1924)





sinopsis

Aelita, reina de Marte, se siente muy presionada por su dictatorial padre. Decide enviar un mensaje a la Tierra, para pedir ayuda urgente. Recibe la transmisión un ingeniero soviético. Aelita vigilará al ingeniero a través de un telescopio desde Marte.
 
La superproducción muda más costosa de la antigua Unión Soviética. Yakov Protanazov adapta una novela, escrita en 1922 por el conde Alexei Tolstoi, pariente lejano de León Tolstoi. Ideológicamente, ha quedado bastante desfasada, pues sugiere que el comunismo llegaría a Marte.







Ficha Técnica

(Título Original: "Aelita") / Director: Yakov Protazanov / Guión: Aleksei Fajko y Fyodor Otsep, basado en la novela de Alexei Tolstoi / Fotografía: Emil Schünemann, Yuri Zhelyabuzhsky / Intérpretes: Yuliya Solntseva (Reina Aelita), Igor Ilyinsky (Kravtsov), Nikolai Tsereteli (Los & Spiridinov, 2 ingenieros), Nikolai Batalovv (Gusev, ex-soldado), Vera Orlova (Masha, enfermera, novia de Gusev), Valentina Kuindzhi (Natasha Los como Vera Kuindzhi), Pavel Pol (Ehrlich), Konstantin Eggert (Tuskub, Rey de Marte), Yuri Zavadsky (Gor, guardian de la energía) Aleksandra Peregonets (Ihoshka, criada de Aelita), Sofya Levitina, Varvara Massalitinova, Mikhail Zharov, Tamara Adelheim, Iosif Tolchanov (astronomo barbudo de Marte). / Nacionalidad y Año: URSS, 1924 / Duración y Datos Técnicos: 104' b/n. Muda







Comentario

Es más que probable que el prestigio que atesora AELITA (1924, Yakov Protazanov) proceda de un equívoco, acrecentado por el hecho de que la película no ha sido accesible durante bastantes años. El film soviético pasa por ser un referente dentro del cine de ciencia-ficción en los países del este, pero esta circunstancia tan solo es en cierto modo algo admisible, en la medida que no se trata de un exponente inscrito en dicho género. En realidad, la película deviene una extraña mezcolanza de géneros, aunque sus contenidos se escoren en la vertiente de la comedia satírica, mostrando su ajustado metraje la disyuntiva que se plantea en el ingeniero Los (Nikolai Tsereteli), empeñado en descifrar unos códigos recibidos que podrían avalar la existencia de vida en Marte. Unos códigos estos que le llevarán a intentar, dentro de la Rusia posrevolucionaria, el diseño de una nave que llegue a dicho planeta. En la realidad, estas elucubraciones lo único que le favorecen es a abrir su fértil imaginación, imaginando una serie de vivencias en una hipotética Marte habitada por un reino que comanda el padre de Aelita (Yuliya Solntseva). Como si fuera un precursor de Walter Mitty, Los no dejará de imaginar un entorno futurista marciano, en el que la hija del monarca finalmente se valga de la presencia del ingeniero, acompañado por el joven Gusev, para que esta pueda contrarrestar el entorno dictatorial de su padre. Ambos improvisados expedicionarios lograrán hacer realidad los deseos de la joven heredera, pero pronto se darán cuenta que esta en realidad no desea más que perpetuar los peores instintos dictatoriales de su padre, solo que cambiando la persona al frente del poder. En medio de esta singular circunstancia, Los recobrará su sentido de la realidad, haciendo frente a la agresión que había puesto en práctica contra su mujer, a la que creía culpable de infidelidad y que había sido objeto de una agresión en forma de disparo por su parte, comprobando que afortunadamente el hecho no había logrado hacer mella a la misma, y descubriendo finalmente que los motivos de sus celos no estaban justificados.
 Como se puede comprobar, la realidad de la existencia de un título de ciencia-ficción, en realidad puede extenderse a unos treinta minutos de los noventa que aproximadamente dura la película. En ellos se ha basado la imaginería que AELITA ha venido manteniendo a lo largo de décadas, y que de alguna manera ha provocado el confusionismo en su valoración. Nadie puede dudar que la película presenta una escenografía cuidada, atractiva, y que bebe de diversas de las tendencias artísticas del momento. Una escenografía esta que se extiende en la caracterización de la imaginería desarrollada en Marte, y que en sus fragmentos finales adquiere una fuerza notable. Sin embargo, y valorando en su conjunto AELITA como un relato tan desequilibrado como atractivo a partes iguales, lo cierto es que en la película hay que valorar y apreciar fundamentalmente esa mezcolanza, no siempre bien dosificada, de alegato satírico. También de mirada hasta cierto punto documental sobre una sociedad urbana como la de Rusia a inicios de los años veinte, en donde el racionamiento se da de la mano con ecos de su carácter revolucionario y el resabio del pasado zarista. Puede ser que esa propia mezcolanza sea, a fin de cuentas, el mayor atractivo de esta extraña comedia, que entremezcla de manera no demasiado afortunada realidad y ficción y que, a mi juicio, alcanza su mayor efectividad precisamente en los caracteres descriptivos que ofrece de una realidad urbana dominada por el racionamiento, la carestía y un concepto de convivencia conocido por todos. En ese contexto, en la cámara documental que se expresa en ocasiones –y que nos permite familiarizarnos con la frialdad de un entorno industrial y masificado-, creo que se encuentra lo más valioso de una película que paradójicamente ha logrado una perdurabilidad por un elemento indudablemente atractivo, pero en líneas generales no demasiado definitorio de su conjunto. Si a ello unimos el alcance satírico de sus propuestas y esa mirada crítica al estraperlo manifestado en el personaje del joven cortejador de la esposa de Los, podremos tener la mirada de un film desequilibrado y al mismo tiempo atractivo en ese propio desequilibrio, que quizá goce de una mítica desmesurada para su verdadera valía, pero que finalmente queda como un testimonio valioso y poco recordado de una realidad quizá no demasiado trasladada en el cine que se mantiene salvaguardado en nuestros días –muchas de las películas de Protazanov, al igual que la de otros tantos cineastas del mudo, se han perdido definitivamente-. Que ello plantee la discutible valía de su catalogación como referente en el cine de ciencia-ficción europea, y que no se la pueda situar en un lugar de especial significación en sus cualidades como producto cinematográfico, no mengua el interés que sus imágenes finalmente plantean. Es algo que encierran sus imágenes tanto en su vertiente cotidiana como en su fabulación ultraplanetaria; una nada solapada reflexión sobre la realidad sociopolítica soviética de aquellos años, reflejando los fantasmas de los totalitarismos aún presentes en aquel país.


                           (fuente: thecinema.blogia.com)






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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, pero debo advertir que la descarga directa, aunque se ve y se oye muy bien, tiene la imagen horriblemente mutilada.

Parece que han usado unos subtítulos para sustituir los carteles originales por pantallas negras con el texto en español.

Por si no fuera poco, encima tampoco se han preocupado de ajustar los subtítulos para que, al menos, esas pantallas encajaran bien. Así que se nota que pega "pantallazos" pasando de la original a la mutilación y/o viceversa.

Por último, se nota que esos carteles son en realidad subtítulos, porque los carteles que no caben en dos líneas están divididos en dos o más pantallazos negros, de forma que el "efecto discoteca" es ya de risa.

No he buscado mucho, pero sólo he encontrado otra versión que parece anterior a alguna restauración, porque se ve bastante peor y el sonido es insoportable.

Bueno, seguiré buscando.

Saludos y gracias de nuevo.

miguel dijo...

hola..qué programa se debe tener para pegar las partes de la peli descargada