sábado, 11 de diciembre de 2010

Werewolves On Wheels (1971) (V.O.S.E.)





sinopsis:

Un grupo de motoristas, al estilo de los Ángeles Del Infierno (pero en este caso denominados Los Abogados Del Diablo), recorren el suroeste de los Estados Unidos buscando líos, bebiendo cerveza y asustando a las viejas. En éstas que su despreocupado deambular les lleva hasta una zona boscosa donde reside una curiosísima comunidad monástica de adoradores de Satán. Al principio, los motoras son recibidos con hospitalidad por los extraños monjes, que les ofrecen pan y todo el vino que quieran; pero la participación de una de sus chicas en los ritos diabólicos de los frailes hace que la cosa termine mal. Tras apalear a la congregación entera y “rescatar” a la moza (que estaba bailando, totalmente desnuda, una sugerente danza con una serpiente subida en una especie de altar), los motoristas se largan de allí y se internan en el desierto, decididos a ir en dirección este y a continuar su periplo hasta Florida.

Pero no saben que su estancia en el extraño monasterio satánico ha tenido sus consecuencias. Y que sus problemas no han hecho sino empezar…



Ficha Técnica

Director: Michael Levesque / Productor: Stuart Fleming para South Street Films Inc. / Guión: Michael Levesque y David Kauffman / Fotografía: Isidore Mankofsky / Música: Don Gere / Montaje: Peter Parasheles / Intérpretes: Stephen Oliver, D. J. Anderson, Gene Shane, Barry McGuire, Billy Gray, Anna Lynn Brown, Gray Johnson, Owen Orr, Severn Darden, Ingrid Grunewald, Leonard Rogel, Tex Hall, Dan Kopp / Nacionalidad y año: Estados Unidos 1971 / Duración y datos técnicos: 85 min. Color. (V.O.S.E.) 


Comentario



El otro día, cuando maese Zer subió la bizarrada de Kiss Me Quicky, despertó mis bajos instintos y mi aficion contumaz por las rarezas kitsch y psicotrónicas.

Es cierto que todas las pelis que he posteado son de terror, que no son ganadoras de Óscars ni momentos cumbre del séptimo arte (bueh... de alguna habría que discutirlo) y que arrastran el sanbenito de ser "cine de género y de evasión" (¿Y qué pasa...? Ésa es la grandeza del cine. Cuando lo olvida suele degenerar en pestiños insoportables, ejem). .

Pero,en cualquier caso, he intentado mantener un cierto nivel, reivindicando joyas que a mí me parecen de una dignidad fuera de duda, cada una por sus razones en realidad,

No obstante, también me gusta el desfase y la bizarrada pop, mes amis. Y de vez en cuando me doy un homenaje con alguna de esas oscuras exploits yanquis (o de otras nacionalidades) que, a pesar de los pesares, merecen ser reivindicadas. Siquiera sea por su frescura, desvergüenza y capacidad de diversión.

Bueh... Pues para nadar entre dos aguas, encendiendo una vela a Dios y otra al diablo, aquí traigo una cinta americana de 1971 que podría pasar por un claro ejemplo de psicotronismo y, al mismo tiempo, mantiene un nivel más que razonable.

Y es que a pesar de lo que a primera vista pueda parecer (por su título y por ese aspecto kitsch y enloquecido del cartel original) Werewolves On Wheels no es, exactamente, una marcianada. Por decirlo de alguna manera, es una especie de puente, de término medio, entre las pequeñas joyas reivindicables y dignas que suelo subir (o eso creo yo... que son reivindicables y dignas, digo) y las chifladuras psicotrónicas y abizarradas que, de vez en cuando (y por nuestra propia salud mental. Esto es un consejo de amigo...) hay que frecuentar.

No sé si aquí hemos hablado alguna vez (me disperso en varios sitios, y estoy cada día más viejo) sobre esa corriente subterránea y semidesconocida de películas de tema satánico y brujeril que alumbró el cine americano entre 1965 y 1975. Al respecto siempre comento que, por acotar cronológicamente el subgénero de una forma ilustrativa (pero incorrecta y sin ninguna sutileza), podríamos situarlo entre la aparición de "La Semilla Del Diablo" (1967) y el estreno de "El Exorcista" (1973). Curiosamente se trata de películas que abordaban el satanismo y la brujería desde un punto de vista muy curioso y totalmente diferente al de las dos que he nombrado (insisto: el empleo de ambas para “encapsular” temporalmente el subgénero es tramposo. Hay películas de ese estilo anteriores a 1967 y posteriores a 1973. Pero la peli de Polansky y la de Friedkin sirven maravillosamente como señales de orientación).

Estas películas de las que hablo abordan el tema del culto a Satanás influidas por la estética y las modas de su tiempo (la segunda mitad de los 60’s, la psicodelia, el renacer de las creencias mágicas, el revival de las viejas teosofías de finales del siglo XIX, el neopaganismo, la aparición de la Iglesia De Satán de Anton LaVey, la liberación sexual) y, sobre todo, presentan a los adoradores del diablo como comunidades organizadas, autoconscientes y situadas, siempre, en parajes rurales aislados (comarcas montañosas, bosques, desiertos, etc). Lugares, por lo común, ubicados en un medio-oeste indefinido o en el Sur Profundo; como una especie de trasunto de las comunidades rurales tradicionales (todo eso de los hillbillies y los rednecks americanos. Los habitantes de esa América profunda y encerrada en sí misma que pueblan determinado imaginario estadounidense y que en los años 60’s y 70’s adquieren, en muchísimos casos, connotaciones evidentemente negativas, asociadas al conservadurismo político, el fanatismo religioso y el rechazo a la modernidad).

Suelo citar siempre las mismas películas como ejemplo: "Blood Sabbath", "The Brotherhood Of Satan", "The Witchmaker", "Warlock Moon", "The Devil’s Rain", "Invasion Of Blood Farmers", "Enter The Devil", "The Night God Screamed", "Deadmaster", "Race With The Devil" etc. (pelis de serie B casi todas, rodadas con escasos medios, unas mejores y otras peores, pero todas interesantes siquiera sea por su adscripción a esa especie de corriente subterránea de la que hablo).

Y, por supuesto, ésta que ahora posteo: "Werewolves On Wheels".

Porque, efectivamente mes amis, estos “hombres-lobo motorizados” pertenecen, de hoz y coz, al subgénero del que estamos hablando.

Volved a echarle un vistazo a la sinopsis y lo entenderéis. Ahí están los ingredientes a los que antes he aludido. No falta ninguno. Esa comunidad de monjes satánicos que rinde culto al príncipe de las Tinieblas en su aislado monasterio en medio de una zona boscosa, junto al desierto. Los sacrificios sangrientos, los desnudos rituales, los cánticos, las invocaciones en latín, el punto oscuro y mistérico... Y, al mismo tiempo, una cuadrilla de ángeles del infierno con ganas de reñir y de beber cerveza, una buena provisión de marihuana, suficientes dosis de ácido, patillas y melenas largas, carreteras polvorientas, máquinas bien engrasadas, machismo barriobajero y rock’n’roll.

Y, sobre todo, muuuuuucho mal rollo.

En el post de "Neither The Sea Nor The Sand", hace ya unos meses, hablaba de mi querencia por los Crossovers, los cruces de géneros. Bueh... Pues esta película, además, es otro ejemplo de eso mismo, ya que mezcla descaradamente terror (más específicamente del sub-estilo reseñado, satánico y brujeril) con el tema biker, que conoció un curioso auge durante la segunda mitad de los 60’s (aunque tiene gloriosos precedentes, como la mítica "The Wild One" con Marlon Brando convertido en icono juvenil).

Efectivamente, pelis como "The Wild Angels", "She-Devils On Wheels", "Motorpsycho", "Devils Angels", "Savages From Hell", "The Born Losers" y muchas otras conforman un asombroso subgénero creado, sobre todo, por las productoras de serie B tipo AIP (nuestro viejo amigo Roger Corman siempre atento a cualquier novedad que pudiera reportar beneficios, bendito sea por lo demás, jejejeje) durante la segunda mitad de los 60’s. La cosa tuvo su origen en la omnipresencia, en los medios de comunicación (periódicos, revistas y televisiones), de reportajes sobre los desmanes que causaban los moteros e, incluso, la publicación de dos libros del nuevo periodismo tan influyentes como Gaseosa De Ácido Eléctrico (de Tom Wolfe) y Los Ángeles Del Infierno (de Hunter S. Thompson) en el que los bikers aparecían como secundarios importantes (el primero) o como auténticos protagonistas (el segundo). El caso es que entre 1965 y 1970 nuestros amigos motoristas se adueñaron no sólo de las carreteras del medio-oeste y de California sino de un lugar preeminente en el imaginario colectivo americano. Sus largas melenas, sus imponentes máquinas, sus pobladas barbas, sus novias abrazadas a la espalda y sus astrosas cazadoras vaqueras pasaron a formar parte del universo icónico yanqui mientras sonaba el Born To Be Wild de los Steppenwolf y se agitaba la deshilachada bandera de las barras y las estrellas. Frente a la amenaza oblicua e indefinida que representaban los perrofláuticos hippies, los Hell’s Angels eran una evidencia casi reconfortante para la clase media (y la mediana edad) americana. Proto-punks enredadores e incómodos que no se andaban con medias tintas y que arrasaban gasolineras o se liaban a palos con el primero que pasaba, confirmaban (graciasadiós) los peores temores de los “cascos duros” y “la mayoría silenciosa” (términos que se pusieron de moda justo entonces) y demostraban, fehacientemente, que todos esos jovenzuelos melenudos no podían traer sino problemas.

La cosa siguió su curso e, inevitablemente, Corman y otros como él aprovecharon el filón, de manera que los herederos de los antiguos forajidos del Lejano Oeste (según Hunter S. Thompson, ésa era la imagen que los propios Hell’s Angels tenían de sí mismos) acabaron fagotizados por la gran maquinaria, protagonizando películas de bajo presupuesto y reportajes sensacionalistas de suplementos dominicales. Los acontecimientos de Altamont, en 1969, terminaron de demonizar su imagen y los convirtieron, definitivamente, en algo hostil, amenazante y temible.

Bueh… Pues en éstas que hacia 1970/1971 un tal Michael Levesque tuvo la peregrina idea de filmar una peli que mezclase satanismo, ángeles del infierno y escenarios desérticos, añadiendo al caldo un poco de mordiente a base de hombres-lobo. A priori, la cosa parece una locura; ya lo sé. Pero, precisamente por eso (porque uno se espera una barbaridad) la peli resulta divertida, entretenidísima y más digna de lo que podría parecer. En serio.

Tanto Ángel Gómez Rivero en Cuando Llora El Lobo, como Carlos Díaz Maroto en Licántropos En El Cine, nombran esta película y ambos comentan casi exactamente lo mismo (igual de sucintamente, por cierto): “precisamente porque uno se espera lo peor, lo que encuentra es una película simpática y disfrutable; mejor de lo que podía pensarse” (o algo parecido… cito de memoria. Y creo, además, que Carlos Díaz Maroto lo recoge de un crítico americano).

Bueh… Pues a mí me pasó lo mismo. Literal. La película me supuso una auténtica sorpresa.

Protagonizada por actores habituales (lo de “habituales” es un decir... porque tampoco se prodigaron mucho) en series B y Z y por secundarios de series televisivas (*), cuando no directamente por auténticos amateurs sin ninguna experiencia, toda la peli tiene un aire inesperadamente realista, como de cinema-verité casi, casi passoliniano (no os riáis, canallas).

En serio... Hay momentos en los que parece que estás viendo un documental, o uno de esos experimentos docudramáticos de finales de los 60’s. Una mezcla de ficción y realidad filmada con una cámara portátil y cuatro duros de presupuesto con un estilo áspero y totalmente aséptico. Si no fuera por el uso evidente de la música (muy agradecida, por cierto) casi podríamos pensar que estamos ante un antecedente del Dogma de Triers (os he dicho que no os riáis, malditos guasones...).

No sé si todo eso fue algo consciente, buscado por el director, o una consecuencia fortuita derivada del escasísimo presupuesto y de lo disparatado de la idea original. Pero el caso es que los resultados son los que son. Y, como ya he dicho, a mí me sorprendieron gratísimamente.

Posiblemente, esa exigüidad presupuestaria también sea el origen de otro acierto: lo elusivo y contenido de las escenas de violencia y de verdadero terror. Así, los ataques de las fieras que dan título a la película se filman de forma oblicua, ocultando al monstruo y mostrando muy poco. Ya sé que últimamente eso de la oblicuidad y la elusión no es un valor en alza, pero yo soy un viejo pelma y, en esos temas, sigo aferrado a las antiguas convenciones (algo así como “cuanto menos explícito sea lo que está viendo, más inquietante será lo que te imagines”. O algo parecido. Ejem).

Por cierto que cuando se nos muestra cara a cara al lobishome motorista nos aguarda otra pequeña sorpresa: una caracterización realmente entrañable y resultona, muy deudora de la clásica de Lon Chaney y, sobre todo (no es broma), de la que nuestro castizo Paul Naschy estaba encarnando en esos mismos años. Sí, ya sé que también don Jacinto Molina se inspiraba en el mismo referente de los años 40... Pero cuando voacés vean la peli entenderán por qué insisto en la coincidencia (coñe, hasta los movimientos del peludo motora se parecen a los de Waldemar Daninsky cuando se ve aquejado de su particular acceso de hirsutismo).

Eso sí, que nadie se engañe, tanta economía de medios termina pasando factura. Sobre todo al final de la película, que a mí me ha parecido precipitado y pobremente resuelto. Como si se les hubiera terminado el dinero (o la cinta virgen, jejeje) y hubiesen tenido que hacerlo todo deprisa y corriendo, sin tiempo para nada. Desde mi punto de vista, es uno de los puntos más negativos, pero no él único… Hay más, evidentemente. Echadle un vistazo a la sinopsis... La historia que se nos cuenta es, más que simple, raquítica. Los personajes son tan planos como los de una historieta cómica. Las reacciones, más que previsibles son automáticas.... cosas así.

Ah... y otra cosa: Que nadie espere detalles humorísticos en la peli. Ese aire enloquecido y guasón del cartel original y esa frase genial que dice algo así como “Si Eres Lo Suficientemente Peludo, Sólo Te Falta La Moto” (pero de otra forma) son una pequeña trampa. "Werewolves On Wheels" es una película muy seria (o, mejor dicho, pretende serlo) y lo psicotrónico y bizarresco de su argumento y de las situaciones planteadas no degeneran en ningún momento en ese tipo de chifladuras trash que tan buenos ratos nos hacen pasar a veces. A eso (a mantener la seriedad) ayuda el estilo áspero, semidocumental y frío con el que está rodada y al que antes he aludido. En ese sentido, Levesque consigue su objetivo plenamente, mes amis; pero, quizás, un poquico de humor hubiese ayudado algo en el resultado final.

He comentado antes que el uso de la música me parece muy acertado. Maticemos un poco. La banda sonora de la película se compone, básicamente, de un leit-motiv instrumental que me ha gustado mucho y que tiene un aire muy de la época (ese sonido a medio camino entre el raga oriental y las melodías monótonas de los indios del suroeste. Algo que evoca desiertos interminables llenos de cactus, arenas ardientes, un sol inmisericorde, esqueletos de ganado y serpientes de cascabel; todo bien aderezado con guitarras eléctricas y ramalazos fuzz, como mandan los dioses de la psicodelia) y de varias canciones de country-rock en una onda similar a lo que los Byrds habían inaugurado en 1968 con su Sweetheart Of The Rodeo, los Flying Burrito Brothers habían elevado a los altares con sus dos primeros discos de 1969 y 1970 y gente como los Poco o los Eagles cultivaron con éxito durante la primera mitad de los 70’s (los primeros mejor que los segundos, al menos para mi gusto... Los aguilillas ésos siempre me parecieron una banda tirando a ñoña).

El leit-motiv suena, sobre todo, mientras los motoristas ruedan por la carretera, dotando de una atmósfera ominosa, amenazadora y muy eficaz a las imágenes. Los temas country-rock, por el contrario, eliminan tensión y aunque también resultan estimulantes (y un detalle muy de la época, of course) juegan a otro juego y, supongo, pagan tributo al “hip” estéticamente dominante en aquellos años.

Bueh… Y nada más, mes amis. Insistir, eso sí, en que no es una rayada psicotrónica al uso, sino una curiosísima película de terror. Más original, sorprendente, digna, y disfrutable (y algunas cosas más… todas dentro de su humildísima condición de serie sub-B) de lo que podría pensarse a primera vista.

Y basta de brasa por hoy, ejem.

El archivo que ahora cuelgo lo he ripeado yo mismo de un DVD original yanqui. La edición americana contaba con subtítulos en inglés para personas sordas; sólo tuve que extraerlos, adaptarlos y traducirlos.

A ese respecto, tengo que aclarar algo. Los personajes (los motoristas) hablan en una jerga más o menos “juvenil” de finales de los 60’s, manejando continuamente expresiones como “trip” (que, por cierto, ya no se usa... Es exclusivamente de aquella época) y otras por el estilo. He intentado evitar “localismos” nacionales como “rollo” (“todo ese rollo mágico” por “That magic trip”, por ejemplo) o “tío” (“¿Qué pasa, tío?” por What’s up, man?”) pero no siempre lo he logrado... Existe un español más o menos unificado a ambos lados del Atlántico, maeses, pero no existe una coiné “juvenil” o “jerguística” común. Así que no podía recurrir a nada parecido y es posible que se note demasiado mi escoramiento hacia el español europeo. En la medida de lo posible he evitado “tío” recurriendo a “hermano” (que me parecía un término más acorde con la época aquella de finales de los 60’s, además. Aunque ahora nos suene impostado...). Pero no siempre lo he logrado.

El archivo pesa bastante. Lo he subido a Megaupload. La razón de que haya pocos enlaces a pesar de que la peli pesa más de 1 Giga obedece a que ese servidor permite subir cosas de mucho más peso.

Como siempre, está cortada con File Splitter And Joiner.

Que la disfruten voacés.



(*)Por cierto, como curiosidad, entre los greñudos motoristas aparece Barry McGuire, un cantante de folk-rock que tuvo un gran éxito en 1965 con una canción de P.F. Sloan titulada Eve Of Destruction y que, según parece, se pasó luego a la interpretación en papeles secundarios y, mayormente, en producciones de bajo presupuesto y series televisivas.





Links descarga

(Megaupload)


http://www.megaupload.com/?d=HQ2PIHY6
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Subtítulos:

http://www.megaupload.com/?d=KRXQWOMP





12 comentarios:

MAXI dijo...

Espectacular lo suyo, maestro!
Más que la película (todavía no la bajé), el trabajo de escribir todos esos datos y la traducción cuidada de la que hace mención, teniéndonos en cuenta a los americanos (que aunque ellos se lo crean, no son sólo los USA). Un placer leer lo que usted escribe. Le dejo un enlace a un blog que hace un fan de un programa de televisión abierta de acá, de Argentina, que pasa cine a la muy trasnoche,cosa que él captura -o capturaba-
(Le recomiendo ver las presentaciones subidas a Megavideo)
Quizás le interese:
http://filmoteca-canal7.blogspot.com/
Nos vemos.

Ana dijo...

Acabo de descubrir éste maravilloso blog. Mis felicitaciones y por favor no dejes de compartir tan grandes tesoros. ¡Qué placer encontar sitios como este! Saludos.

Muertevideano dijo...

Si quieres que tus videos de youtube queden bien justificados en la pagina al incertarlos colocales las dimenciones 400 x 321 en vez de las que traiga, las dos veces y verás que quedan bine, yo lo hago así en mi blog gracias a mi amigo Zardoz

El Ente Dilucidado dijo...

Maese Maxi, espléndido blog el que ha linkeado.

Y qué suerte tenéis, canallas, de tener un programa así, que programe y comente películas interesantes y con criterio (amplísimo, por cierto). Aquí en España la televisión últimamente no está muy por la labor...

MAXI dijo...

Lo que pasa es que lo dan muy tarde, dicen a la medianoche pero nunca se sabe, a veces en los tvrips pone la hora 3:15 o así...yo no lo veo. (y no tengo capturadora, y el señor del blog ese anda medio vago, solo pone algunas cosas)
Peeeerooo usted lo puede ver porque ese canal está online (no todos los programas, pero creo que ese sí por ser del canal mismo)
La dirección es:
http://www.tvpublica.com.ar/tvpublica/
Arriba de todo está la programación del día, y a la derecha en una ventanita, lo que están pasando en vivo (se puede ampliar a pantalla completa)
Yo veo los sábados al mediodía el noticiero internacional con periodistas serios.
Espero que le sirva el dato. Saludos.

MAXI dijo...

"Yo veo los sábados al mediodía el noticiero internacional con periodistas serios."
Y lo dice en Plan 9, JA JA JA !!

Elessar dijo...

Buenisimo Ente, claramente has vuelto, y de que forma. En todo caso el tema del satanismo era cuestion de tiempo en el genero. Que cierto lo que planteas sobre, como le llamas; el desfase. Disfruto con esa evasion, recuerdo que cuando estudiaba sacaba de los archiveros en la biblioteca ( compostura señores por favor, todo era manual y con papeles ) sacaba una tarjeta al azar y ese libro leia. Con el cine me pasa lo mismo.
Vamos a hacer un ajuste en la programacion de "peliculas por ver", porque de verdad me interesaste con esta pelicula del D.Hopper licantropo. ¿ Acaso trabajas como vendedor ?.
Agradezco el analisis musical, un asunto que considero muy importante en toda pelicula.
Slds,

Wilbur Mercer dijo...

Diosmiodiosmiodiosmio!! Ya mismo me pongo a bajar. Gracias, maestro.

Reich dijo...

Genial Hombres lobo motorizados...
Si la hubiese filmado Berlanga seguro que los hace ir en Mobylettes

jcim2003 dijo...

Me he descargado la peli dos veces y las dos ocurre lo mismo, que sólo se ven los primeros 60', el resto no, la película queda cortada ahí.

Creo que lo que pasa es que faltan 1 ó 2 archivos. ¿La podrìas resubir o comprobar cual es el error?

Gracias.

Ulises Cova dijo...

Dios!!! No consigo encontrar esta película por ningún lado...podría, por favor, volver a subirla? le estaría eternamente agradecido xD

anacronesounds dijo...

por favor suban sube de nuevo los subtitulos!!