sinopsis Cazadores de tesoros exploran las aguas cerca de Irlanda, pero la súbita aparición de un volcán submarino cancela sus planes. Con el navío dañado a causa de la tormenta generada por el fenómeno, los buscadores desembarcan en una pequeña isla cercana para realizar reparaciones. La irrupción de un monstruo atrae el terror del poblado, y los líderes de la expedición - Joe Ryan y Sam Slade - deciden matar a la criatura, a cambio de un pago por parte de los aldeanos. Pero a último momento Joe y Sam deciden capturar y exhibirla en Londres, en donde un circo les hace una generosa oferta. Es en ese momento cuando comienza el desastre.
Ficha Técnica
Director: Eugène Lourié / Productor: Wilfred Eades / Guion: Robert L. Richards y Daniel James / Fotografía: Freddie Young / Música: Angelo Francesco Lavagnino / Montaje: Eric Boyd-Perkins / Efectos especiales: Tom Howard / Intérpretes: Bill
Travers (Joe Ryan), William Sylvester (Sam Slade), Vincent Winter (Sean), Christopher
Rhodes (McCartin), Joseph O'Conor (Prof. Hendricks), Bruce Seton (Prof.
Flaherty); Martin Benson (Dorkin), Maurice Kaufmann (locator),... Nacionalidad y año: Reino Unido, 1961. Duración y datos técnicos: 78 min. technicolor 1.85 : 1. (Doblada al español.)
Comentario
El argumento no podría estar más visto: una
expedición científica captura un monstruo antediluviano y lo lleva a Londres
para exhibirlo. A partir de ese momento (tras una simpática sorpresa familiar
que no revelaremos) nos encontramos con lo de siempre en las películas del
género: destrucción, caos y transparencias de masas chillonas y asustadizas. Lo
curioso del caso es que, para variar, no es Tokio sino Londres la urbe en
sufrir los brutales ataques del gigantesco monstruo. Cosa que alegra. Siempre
es entretenido ver como el Puente de Londres cae al río.
Eugene Lourié fue el autor de “El monstruo de los tiempos remotos” (1953), una
libérrima adaptación de un cuentode
Ray Bradbury con la que se inició el"boom”
de los filmes con saurios prehistóricosy compañía en ciudades modernas.La respuesta japonesa fue la seriesobre Godzilla y, paradójicamente, en unmomento en el que ese personaje de laToho
era una estrella, Lourié volvió con “Gorgo”a su tema preferido -ya
que dirigió también “The Giant
Behemoth” (1959), y “The Colossus of New York” (1958). O sea, que sólo rodó películas
de monstruos gigantescos-, convirtiéndose ahoraen deudor de influencias orientales.
Porque una cosa es más que evidente. Y es que “Gorgo”
recuerda demasiado a dos de los grandes del cine “monstruoso”. Por supuesto
hablamos de King Kong y Godzilla. Pero es un leve recuerdo porque esta película
no está dotada con la grandiosidad del colosal Kong, ni la simpatía y ese afán
por entretener (y lo consiguen) de los “kaiju-eiga” nipones. Es un lejano remedo
que no llega a cuajar del todo. Con un guión prototípico a la par que demencial
(por lo bodrioso), unos efectos de risa (al estilo nipón: hombre dentro del
traje de monstruo) y muchas imágenes de relleno (exhasperante). Vamos, que te ríes
por no llorar. En fin, un pelín floja.
Una curiosidad: en 1973, los imaginativos
distribuidores hispanos rebautizaron a Godzilla como Gorgo en “Gorgo y Supermán se citan enTokyo” (aka
“Godzilla vs. Megalon” o “Gojira Tai Megalon)”
Links descarga El sonido va un pelín descompasado. Unas décimas de segundo. pero no es molesto. (Rapidshare) https://rapidshare.com/files/3759233044/caprigorgo.part1.rar https://rapidshare.com/files/4258873684/caprigorgo.part2.rar https://rapidshare.com/files/562333764/caprigorgo.part3.rar https://rapidshare.com/files/2334379958/caprigorgo.part4.rar https://rapidshare.com/files/4144862834/caprigorgo.part5.rar
sinopsis Un expedición formada por un reducido equipo cinematográfico zarpa a alta mar rumbo a un destino desconocido, excepto para el director, Carl Denham. El lugar en cuestión es una isla que no aparece en los mapas y en la que habita una tribu que rinde culto a un extraño ser. Una vez allí, Ann, la protagonista femenina de la película, es raptada por los nativos para entregarla en sacrificio a un gigantesco gorila.
Ficha Técnica
Directores: Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack / Productores: David O. Selznick, Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack para RKO Radio Pictures / Guión: James Ashmore Creelman y Ruth Rose sobre un argumento de Edgar Wallace y Merian C. Cooper / Fotografía: Edwar Linden, J. O. Taylor y Vernon L. Walker / Música: Max Steiner / Montaje: Ted Cheesman / Efectos especiales: Willis H. O’Brien, Marcel Delgado / Intérpretes: Fay Wray (Ann Darrow), Robert Armstrong (Carl Denham), Bruce Cabot (John “Jack” Driscoll), Frank Reicher (capitán Englehorn), Sam Hardy (Charles Weston), Noble Johnson (jefe de la tribu), Steve Clemento (brujo), Victor Wong (Charlie, el cocinero)…/ Nacionalidad y año: Estados Unidos 1933 / Duración y datos técnicos: 104 min. B&N 1.37:1 (Dual Español/Inglés + Subs)
Comentario ¿Qué se puede decir acerca de King Kong? Sin ningún lugar a dudas, King Kong es una de las películas más famosas e influyentes de todos los tiempos, imitada y homenajeada por innumerables títulos, y que hizo de su protagonista y de su escena final dos iconos del séptimo arte. Además de ser la precursora del género de los monstruos gigantes. Probablemente sin este film ni Godzilla ni las demás bestias gigantes que han inundado las pantallas de los cines durante décadas, hubieran existido jamás. En principio, “King Kong” pertenece al género de los mundos perdidos (“lost world”). Una fantasía nacida de la Gran Era de la Exploración Victoriana (y en menor medida de las ciencias victorianas embrionarias de la paleontología y el darwinismo), que fue popularizada por escritores como Julio Verne, Arthur Conan Doyle, Pierre Benoit, H. Rider Haggard y más tarde Edgar Rice Burroughs. Una época en la que una gran extensión de África, los polos, incluso parte del oeste americano son todavía desconocidos y aún deben ser explorados. Los mundos perdidos son lugares ajenos a la civilización, no han sido nunca pisados por el hombre blanco y se caracterizan principalmente por su exotismo y ese punto de que el tiempo se ha detenido en ellos (vida prehistórica, ciudades olvidadas, civilizaciones extinguidas o de leyenda, grandes tesoros,...). El escenario perfecto para introducir la aventura, lo fantástico y la ciencia ficción. Willis O'Brien, el arquitecto jefe de los efectos especiales de “King Kong”, fue uno de los primeros en explorar estos mundos perdidos en el cine. O'Brien había dirigido y creado los efectos especiales para una serie de películas mudas dedicadas a dicho tema – “The Dinosaur and the Missing Link” (1915), una estúpida comedia ligera que se desarrolla en la prehistoria, y otros cortos con monstruos prehistóricos como “10,000 B.C.” (1916), “Prehistoric Poultry” (1916), “Curious Pets of Our Ancestros” (1917), “Along the Moonbeam Trail” (1920), así como “The Ghost of Slumber Mountain” (1919), todo un clásico del género prehistórico del cine mudo. También creó los efectos de la versión clásica muda de la obra de Conan Doyle, “The Lost World” (1925) -. Por su parte los directores Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsak habían hecho dos películas mudas, que también se caracterizaba en traspasar las fronteras de la civilización para internarse en mundos más primitivos: “Grass” (1925), un documental sobre el viaje nómada de una tribu iraní y “Chang” (1927), una pieza de ficción sobre cazadores de elefantes, situada en Tailandia. “King Kong” es una obra maestra del género. Pensad que fue filmada en la década de los 30, en pleno apogeo de la Gran Depresión. Una época en que un número considerable de personas se habían quedado sin dinero ni trabajo. Había mucha pobreza, y la civilización y su sucia y oscura realidad formaban parte de la vida de miles de personas desesperadas. Por eso, las películas de aventuras, fantásticas, en lugares recónditos e imposibles estaban muy de moda en aquellos años Apareciendo ese “mundo perdido” como un reino idealizado, casi utópico. Un lugar virgen, natural, básico que se presentaba mil veces más apetecible que la civilización y todos sus problemas y preocupaciones. Otras películas de esa década como “Tarzan the Ape Man” (1932) y “Lost Horizon” (1937), nos mostraban esa visión de que se podía encontrar la felicidad en la vida abandonando la civilización y regresando a lo básico, a una vida más sencilla, olvidándose así de la realidad imperante. “King Kong”, al igual que otros trabajos de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsak, se centra en lo primario de las culturas que viven cerca de la naturaleza. En este mundo prehistórico, Kong aparece claramente como el rey de la selva y la película pasa mucho tiempo deleitándose en la majestad de su gloria original. La tesis subyacente de “King Kong” es que la civilización corrompe la grandeza de la bestia de la selva (hay ciertos ribetes de anti colonialismo). El final de la película en la que Kong es trágicamente abatido por biplanos tras escalar el pico más alto de Nueva York, el Empire State Building, es un himno a esa majestad primaria que es derribada por la civilización, que lo engulle todo. Convirtiéndose dicha escena en un símbolo mítico en la historia del cine. También hay que destacar las altas dosis de violencia y erotismo que encontramos a lo largo de sus fotogramas, cuyo uso es bastante adelantado para su tiempo, lo que acabó propiciando que la película fuera perdiendo metraje en sus sucesivas reposiciones, hasta que en los años 70 fuera reestrenada tal y como sus artífices la concibieron originalmente. Aunque el daño ya estaba hecho, y la cinta perdería en este recorrido y hasta el momento una de las escenas más terroríficas de la película, aquella que transcurría en un barranco con unas arañas gigantes como protagonistas. La calidad de los efectos de Willis O'Brien es impresionante. El nivel de detalle (los gestos de Kong sacudiendo la cabeza y restregándose los ojos cuando le tiran las bombas de gas, o la crispación de la cola del estegosaurio que no está del todo muerto) es increíble. La batalla increíblemente violenta entre Kong y un triceratops que dura varios minutos, es tal vez la mejor pieza de animación stop-motion jamás creada para la pantalla. La dirección se mantiene con buen pulso, ofreciéndonos una realización dinámica, llena de acción trepidante, que no deja lugar al descanso. Es de esas películas que se te pasa volando. Habrá después de “King Kong” gran cantidad de remakes, imitaciones y plagios, pero ninguna podrá nunca equipararse a la original. Un excelente film que forma parte de las grandes de la historia del cine. Clasicazo “Plan 9”
sinopsis Tras el desastroso final de su anterior aventura, Carl Denham monta otra expedición y parte de nuevo desde Nueva York para regresar a la isla de Kong. Allí descubre a su hijo, un gorila blanco que simpatizará con los exploradores.
Ficha Técnica
Director: Ernest B. Schoedsack / Productores: David O. Selznick, Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack para RKO Radio Pictures / Guión: Ruth Rose / Fotografía: Edwar Linden, J. O. Taylor y Vernon L. Walker / Música: Max Steiner / Montaje: Ted Cheesman / Efectos especiales: Willis H. O’Brien, Harry Redmond Jr / Intérpretes: Robert Armstrong (Carl Denham), Helen Mack (Helene Peterson), Frank Reicher (capitán Englehorn), John Marston (Capitán Nils Helstrom), Victor Wong (Charlie, el cocinero chino), Ed Brady (Bo'sun Red),.../ Nacionalidad y año: Estados Unidos 1933 / Duración y datos técnicos: 70 min. B&N 1.37:1 (Dual Español/Inglés + Subs)
Comentario King Kong (1933) fue un éxito enorme. Y todos sabemos que en Hollywood cuando las recaudaciones son abundantes, dan lugar a una o más secuelas con las que explotar el éxito del film original hasta el máximo posible. Así, “El hijo de Kong” se concibió rápidamente reuniendo a la mayoría de miembros clave del equipo de “King Kong”: El director Ernest B. Schoedsak, la escritora Ruth Rose, el músico Max Steiner, el genio de los efectos especiales Willis O'Brien, siendo protagonizado por Robert Armstrong y Frank Reicher. De manera que sólo ocho meses después del estreno de la original, se proyectó en los cines “El hijo de Kong”. El resultado es una obra liviana y olvidable, aunque no resulta ni mucho menos desagradable. Nos hallamos ante una buena película de aventuras, pero es evidente que no se acerca, ni por asomo, a la original: La grandiosa “King Kong”. Además, el film se centra principalmente en la historia previa al nuevo viaje a la “Isla Calavera”. Más de la mitad del film se dedica a preparar (de manera fortuita) el nuevo viaje, con motín incluido, y todo ello regado con grandes dosis de comedia ligera por parte de Carl Denham (y sus acreedores). Aunque lo que realmente falla en esta entrega es la forma como es tratado el personaje de Kong Jr. Porque si “King Kong” es una fábula sobre la bella y la bestia y como ésta es destruida por la civilización, “El Hijo de Kong” nos muestra a un gorila que destila comedia por sus cuatro costados. Hasta las animaciones están diseñadas para favorecer la ligereza y la risa fácil: escenas como en la que Kong Jr tiene su dedo herido vendado, o la que sacude cocos de un árbol para Helen Marcos, donde accidentalmente dispara un rifle. Hay incluso efectos de sonido de comedia cuando se golpea la cabeza. En lugar de un clásico, lo que tenemos es una película que parece destinada a los más pequeños. Hay algunos momentos que recuerdan la ferocidad de las escenas de la selva de la original (como la pelea con un oso, aunque la pelea con lo que parece ser un brontosaurio es ciertamente lamentable). El clímax de la película, con el sacrificio de Kong Jr resulta bastante efectivo, pero evidentemente no es comparable al derribo de su progenitor por parte de los aviones en el Empire State Building. Un detalle. En los créditos iniciales aparece un logo de la NRA, patrocinadora del film. No es la deleznable Asociación Nacional del Rifle americana, sino The National Recovery Administration. Un órgano administrativo creado por el gobierno de Estados Unidos en el contexto del New Deal (Roosevelt) en 1933, que determinaba que las industrias crearan "normas de sana competencia" para evitar así la "competencia destructiva", y ayudar a los trabajadores a fijar salarios mínimos y topes máximos para las horas de trabajo. En fin, diversión asegurada y una buena continuación de nuestro especial programa doble dedicado a la familia “Kong”.
Cambios climáticos han provocado un deshielo temprano del Polo Norte, y varios icebergs fluyen por una corriente marina que se dirige hacia Japón. El submarino Seahawk es enviado con varios científicos de las Naciones Unidas a bordo, a observar el fenómeno. Pero chocan casualmente con el iceberg que mantenía en estado de hibernación a Godzila, liberando al monstruo. Mientras tanto, un potentado de la industria farmaceútica envía una expedición a la isla Faro, donde se han encontrado unas extrañas bayas con poderosas propiedades narcóticas para ser utilizadas en la medicina. Pero los expedicionarios se topa con los nativos del lugar, que adoran a un simio gigante como si fuera un dios. La expedición captura a Kong y decide llevarlo a Japon. Pero el simio se libera, mientras que Godzila llega a las costas japonesas, provocando una vorágine de destrucción. Y pronto el gobierno y los militares llegan a la conclusión que la única manera de detener a Godzila es trayendo a Kong para que confronte al gigante verde.
Ficha Técnica
Director: Ishiro Honda / Productores: John Beck y Tomoyuki Tanaka / Guión: Shinichi Sekizawa / Fotografía: Hajime Koizumi / Música: Akira Ifukube / Efectos especiales: Eiji Tsuburaya, Teruyoshi Nakano y Teizo Toshimitsu / Intérpretes: Tadao Takashima (Osamu Sakurai), Kenji Sahara (Kazuo Fujita), Yu Fujiki (Kinsaburo Furue), Ichirô Arishima (Mr. Tako), Jun Tazaki (General Masami Shinzo), Akihiko Hirata (Dr. Shigezawa), Mie Hama (Fumiko Sakurai), Akiko Wakabayash(Tamiye), Akemi Negishi (Madre de Chikiro), Senshô Matsumoto (Primer Ministro), Sachio Sakai (Obayashi),... / Nacionalidad y año: Japón, 1962 / Duración y datos técnicos: 90 min. Color 2.35 : 1
Comentario
King Kong es el padre del cine de monstruos y data de 1933. Pero el género recién sería masificado a partir de 1954 con “Godzilla, King of Monsters”, una producción japonesa que explotaba el holocausto nuclear desde el punto de vista de la ciencia ficción. Godzilla ya había sido secuelizado en “El Regreso de Godzilla” (1955), pero tardaría siete años más en retornar a las pantallas, a todo color, y en un duelo de titanes. La Toho, productora de la serie, había obtenido los derechos sobre el personaje de King Kong de la mano de la RKO, y en una hábil jugada de marketing, propuso el combate que da título al presente film. Pero los resultados finales son bastante pobres y sacrílegos respecto a los orígenes dramáticos de los personajes en juego.
Lo primero que uno puede observar en “King Kong Vs Godzilla” es el título. Hasta ese entonces, el gigante verde sólo se había dedicado a destruir compulsivamente maquetas de vehículos y edificios, pero este es el primer encuentro con otro monstruo a su tamaño. Es el primer film que muestra la tendencia definitiva que tomaría la serie, de transformar a los films de Godzila en gigantescos encuentros de boxeo. Y, sorprendentemente, el gigante japonés queda relegado a un papel secundario, donde las palmas de héroe se las lleva Kong. Si uno observa la evolución del personaje, en 1954 Godzilla era la materialización de la pesadilla nuclear, una crítica al holocausto atómico que los americanos habían desatado sobre Hiroshima y Nagasaki. En cambio, para 1962, podemos interpretar - a través del film - que los japoneses no pueden defenderse solos y requieren de una potencia extranjera aliada - los americanos en la vida real, Kong en la ficción - para sobrevivir. Asumir para esas alturas si Godzilla podría ser una metáfora de la amenazante presencia comunista acechando a Japón, sería hilar demasiado fino. Pero lo concreto es que el tono del relato ha ido cambiando en las tres primeras películas de la serie.
Siguiendo por ese punto de vista de análisis - política versus ficción -, King Kong versus Godzilla es uno de los primeros films que poseen la convicción totalmente naif de que las Naciones Unidas pueden tener peso a nivel mundial para coordinar acciones conjuntas a nivel político y militar. No sería la primera vez - cinematográficamente - que la Tierra (o un país) enfrente una amenaza catastrófica y se presente a la ONU como una fuerza operativa eficiente. Muchos de los films de sci-fi de la década se esforzaron en proyectar una imagen de liderazgo a la institución, como una suerte de gobierno democrático mundial; imagen que se derrumbaría a fines de los 60 con la probada incapacidad por parte del organismo de manejar conflictos regionales pero tercerizados políticamente como Corea y Vietnam, demostrando que las Naciones Unidas pueden ser útiles para cualquier otra cosa que menos para la política. En ese sentido, “King Kong Vs Godzilla” queda como una suerte de cápsula del tiempo, de la ingenuidad política que prosperaba a principios de los 60.
Pero eso ya resulta demasiado profundo como lectura para un film de este calibre. El drama de los filmes originales (King Kong, Godzilla) ha dejado lugar a un pastiche de aventura, donde la coherencia se encuentra totalmente ausente. El color no le sienta bien a los filmes de Godzilla; los malos efectos especiales resultan más evidentes, en el peor sentido de la palabra. El diseño de los trajes es espantoso; pero mientras el gigante verde mantiene su estilo, el disfraz de King Kong es totalmente abominable (parece alquilado en una tienda de disfrazes), amén que los rostros de los personajes son inexpresivos, con ojos carentes de vida y bocas deformes. A esto se le suma el argumento, que si bien no tiene demasiada lógica, opta por incluir sacrílegamente caracteres cómicos como los expedicionarios que van a la isla de Faro (originalmente debería ser la Isla Cráneo como en la King Kong original, pero el cambio responde a reubicar la isla cerca de Japón y poder presentar a nativos japoneses con la piel teñida y en ridículos trajes de indios). La llegada de la expedición a la isla es surrealisticamente camp, con los nativos fumando compulsivamente y escuchando radios que han intercambiado con los investigadores. Al menos Ishiro Honda se las ingenia para meter alguna que otra escena bastante intensa, como el ataque del pulpo gigante a la aldea... hasta que el ridículo traje de Kong aparece en pantalla, y todo se va por la borda. En cuanto al resto, no hay nada demasiado destacable. Las actuaciones van desde lo standard hasta la sobreactuación a niveles siderales; y los combates apenas están ok, donde los gigantes se castigan fuerte y parejo. Pero incluso en esta materia la serie ha perdido algo de brillo; el andar pausado y elegante de un ser descomunal como Godzilla ha dejado su lugar a un ritmo normal de movimiento, incluso algo acelerado - posiblemente para filmar con mayor intensidad las peleas cuerpo a cuerpo -, lo que hace más obvio que se tratan de actores enfundados en traje. Y está el final, el único filmado (donde King Kong gana, tanto en la versión original japonesa como en una reedición americana con nuevas escenas incluídas) que resulta algo desprolijo y abrupto.
No es una buena entrada en la serie; pero Honda mantiene un ritmo lo bastante entretenido como para que no aburra. Quizás el mayor problema sea el guión de Shinichi Sekizawa (el mismo de Godzilla Vs Megalon), que le encanta salir de madre e irse a terrenos camp, incluyendo personajes ridículos como el industrial farmaceútico o los expedicionarios. El otro problema es que se nota que la Toho quiso hacer una superproducción a colores pero carecía de los recursos suficientes; y entonces uno ve a cientos de extras moverse en decorados de papel maché, o un gran despliegue de maquetas no muy bien terminadas. Lo único que salva al film de ser un desastre total es el pulso de Honda para que los agujeros se noten menos. “Plan 9” visita Japón.