sinopsis Un científico loco experimenta con la transformación de un soldado en un zombi, convirtiéndolo en un asesino en serie.
Ficha Técnica Director: Al Adamson / Productor: Al Adamson / Guión: Dick Poston y Chris Martino, sobre un historia de Al Adamson y Samuel M. Sherman / Fotografía: Louis Horvath y Vilmos Zsigmond / Música: Don McGinnis y Jimmie Roosa / Montaje: O'Dale Ireland / Intérpretes: John Carradine (Dr. Vanard), Kent Taylor (Elton Corey), Tommy Kirk (Sgt. Cross), Regina Carrol (Susan Vanard), Roy Morton (Joe Corey), Tacey Robbins (Linda Clarke), Arne Warde (Sgt. Grimaldi), Richard Smedley (Akro), Kirk Duncan (David Clarke), Tanya Maree (Vicky), Barney Gelfan (Detective), John Armond (Nick), Lyle Felice (Vito), Joey Benson (Ward), John Talbert (Curtis), K.K. Riddle (Nancy Clarke),... / Nacionalidad y año: USA 1972 / Duración y datos técnicos: 87 min. Color 2.35 : 1 (Doblada)
Comentario Bueno, amigos míos, aquí vengo de nuevo a mortificaros con otro de los infames productos del gurú de la serie Z, el simpar Al Adamson. Tras el collage visual de "Horror Of The Blood Monsters", dedicado a los vampiros y sus orígenes intergalácticos, damos paso al buen mad profesor y a su fiel zombie con "Blood of Ghastly Horror". Pero, hagamos historia…
Si habéis leído la reseña anterior, recordaréis que "Horror Of The Blood Monsters" llegó a ser estrenada con trece títulos diferentes, ya que no iba nadie al cine. Pues en este caso sucedió más de lo mismo. El amigo Al realizó (bueno, o algo parecido) una horrible y aburrida historia de un gangster que robaba joyas, a la que tituló "Psycho a Go-Go" (1965). En vista de que dicho engendro no tuvo éxito, Adamson rodó escenas nuevas, corta y pega, rebautizándolo como "Fiend with the Electronic Brain". Otro fracaso de taquilla. Por tanto, decidió contratar a John Carradine, a Tommy Kirk y a algunos más, con los que rodó nuevas escenas. Lo cogió todo, unas tijeras, y de nuevo un montaje de lo más extraño y bizarro (como en "Horror Of The Blood Monsters"). Esta vez fue titulada como "The Man with the Synthetic Brain". Pero siguió sin dar un duro en taquilla. Por tanto volvió a cambiar el título al film y la lanzó como "Blood of ghastly horror". Posteriormente como "The Man with the Atomic Brain" y "The Love Maniac". Y nada; un fracaso estrepitoso.
Y es que la peliculita de marras es un auténtico pestiño infumable que, más que de miedo, es de risa. Porque tanto trama, dirección, maquillaje, actuaciones, montaje (como se notan los parches)... Son algo delirante. Vamos, mala no: Malísima. Hablamos de serie ZZ. Para amantes de la serie Z, y desquiciados en general. Personas que padezcan ansiedad o depresión abstenerse.
Susan es una joven recién casada cuya actitud ante el sexo está marcada por una mezcla de repulsión y morbo. A pesar de ello se somete a los juegos eróticos, predatorios, casi sádicos de su marido, mientras fantasea con algo que no se sabe bien si es un deseo de liberación o la sublimación de una tendencia homoerótica. La extraña aparición de una mujer misteriosa, casi sobrenatural, que se convierte en la tercera en discordia, hará aflorar toda la tensión soterrada.
Ficha Técnica
Director: Vicente Aranda / Productor: Morgana Films. / Guión: Vicente Aranda (basado –eso dice él- en el relato Carmilla, de Joseph Sheridan Le Fanu) / Fotografía: Fernando Arribas / Música: Antonio Pérez Olea / Montaje: Pablo Glez Del Amo / Intérpretes: Simón Andreu, Maribel Martín, Alexandra Bastedo, Ángel Lombarte, Montserrat Julió, María Rosa Rodríguez) / Nacionalidad y año: España 1972 / Duración y datos técnicos: 100 min. Color. DVDRip. Idioma: Castellano.
Comentario
Pues aquí va otra película española de terror, perteneciente a la época dorada del género en España y que, para variar, no tiene edición en DVD en nuestro país.
Dirigida por Vicente Aranda tras dar por concluida su etapa experimental y vanguardista como miembro de la Escuela De Barcelona, la peli guarda todavía mucha deuda con ella. La atmósfera onírica, casi surrealista de buena parte de la cinta sólo se explica por los antecedentes inmediatos del director. Y a fe mía que los resabios experimentalistas ayudan, a su manera, a crear un ambiente malsano y morboso totalmente efectivo.
Vagamente inspirada en el relato Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu (esto de asumir las fuentes literarias es, como ya se sabe, cuestión de fe) la película juega a ser un ejemplo de fantastique strictu sensu sin abandonar otros campos. Digo esto porque uno no sabe muy bien si todo lo que ocurre es realmente una historia de vampiros y aparecidos o la ensoñación psicótica de una mujer traumatizada por su marido, al que ve como un depredador sexual que reprime su tendencia homoerótica.
O las dos cosas a la vez...
Bueh... pues ahí está, mes amis. Un curiosísimo cóctel de psicoanálisis, surrealismo, terror, sangre, vampiros, represión sexual, morbo, parafilias y erotismo. Todo bien aderezado con su puntico de truculencia spanish-style y sin renunciar a la pretensión de crear una obra de autor (al fin y al cabo, estamos hablando de Vicente Aranda. Para lo bueno y para lo malo). Dentro de la ingentísima producción del Fantaterror setentero, yo creo que es de las más originales y dignas (alguna vez he comentado que la media de calidad de las pelis producidas en el boom de 1970-76 no es precisamente para tirar cohetes… Pero en este caso –como en muchos otros- el listón se mantiene más que alto).
Y una curiosidad más: Se trata, que yo sepa, de la segunda ocasión en que la filmografía española aprovecha la obra de Le Fanu para hacer una peli. La otra, ya posteada, es “La Maldición De Los Karnstein”.
El Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu es, junto al Dracula de Stoker, la pieza esencial para configurar el mito del vampiro tal y como lo conocemos (estético, literario). Ya lo dije al comentar la peli de 1964. No obstante, no ha sido llevado al cine con tanta frecuencia. Aunque sí se pueden señalar al menos tres pelis más (las tres de la Hammer) que explotan el relato y la figura de la vampira femenina de forma explícita. Es lo que se conoce como la “Trilogía Karnstein”, formada por “The Vampire Lovers” (1970), “Twins Of Evil” (1971) y “Lust For A Vampire” (1971). De ellas, la tercera la posteé aquí mismo hace ya muchos meses.
Por cierto, que como ocurre con alguna otra película que acabo de presentaros (“La Campana Del Infierno”), se trata de un DVDRip (bajado de la mula) proveniente de una edición americana. Y es que, para nuestra vergüenza, en USA están haciendo ediciones relativamente cuidadosas de pelis españolas de las que por aquí ni se sabe, ni están, ni se las espera... “The Blood Splattered Bride” la titularon allí, en las Américas del norte. Y cierto cultillo tiene, a lo que se ve (¿Recordáis el título de uno de los capítulos de Kill Bill I de Tarantino?). Para que luego digan...
A ver qué os parece a vosotros.
Como siempre está bajada de la mula (ya lo he dicho) y cortada con File Splitter & Joiner.
Nuevo repost de un clásico ya posteado antes. En versión dúal y con los subtítulos aparte (dentro del archivo rar). Si preferís la versión doblada al español, sólo debéis ir al post original, a través de este Link
sinopsis
En el siglo XXI la vida vegetal ha desaparecido de la faz de la Tierra y lo poco que queda aún de esa valiosa flora se encuentra en tres naves espaciales botánicas situadas en la orbita con Saturno. Con la esperanza depositada de que algún día se pueda repoblar de nuevo el planeta con las pocas especies existentes en las naves, el botánico Freeman Lowell (Bruce Dern) se responsabiliza de su cuidado y mantenimiento de una de ellas, la Valley Fogue, hasta que recibe una inesperada orden de destruir todas las especies y regresar a La Tierra. Ante esta situación Lowell deberá tomar medidas desesperadas
Ficha Técnica
Director: Douglas Trumbull / Productores: Michael Gruskoff, Douglas Trumbull para Michael Gruskoff Prod. – Universal Pictures / Guión: Deric Washburn, Michael Cimino y Steven Bochco / Fotografía: Charles F. Wheeler / Música: Peter Schickele, con canciones de Joan Baez / Efectos especiales: Douglas Trumbull, Richard Yuricich, John Dykstra / Montaje: Aaron Stell / Intérpretes: Bruce Dern (Freeman Lowell), Cliff Potts (John Keenan), Ron Rifkin (Marty Barker), Jesse Vint (Andy Wolf), Steve Brown, Mark Persons, Cheryl Sparks, Larry Whisenhunt, Joseph Campanella (voz), Roy Engel (voz) / Nacionalidad y año: USA 1972 / Duración y datos técnicos: 89 min. color, 1.85:1.
Comentario
“Naves Misteriosas” es el debut en la realización de uno de los grandes en el campo de los efectos especiales. Douglas Trumbull es el encargado de los fx en películas tan emblemáticas como: “2001: una odisea en el espacio” (Stanley Kubrick, 1968), “Blade Runner” (Ridley Scout, 1982), “Encuentros en la Tercera Fase” (Steven Spielberg, 1977), “Star Trek, La Película (Robert Wise, 1979) y, por supuesto, del film que nos ocupa. Como suele ocurrir en las películas en las que participa Trumbull, los efectos especiales son formidables. En su doble papel de director y encargado de los fx, Trumbull se esmera, llegando a filmar secuencias tan fantásticas como el vuelo a través de los anillos de Saturno (pensad que estamos en 1972). Además, aparte de las maquetas (que son una auténtica maravilla), los interiores son perfectos: muy verosímiles, elaborados (véase el panel de mandos de la “Valley Forge”) y majestuosos (fue rodado en un portaviones a punto de ser desguazado). Los decorados están verdaderamente conseguidos. En realidad, técnicamente lo borda y es un film avanzado a su tiempo.
Pero por otro lado, “Naves Misteriosas” es un film fallido, con muy buenas intenciones que no acaban de cuajar en el resultado final. Nos encontramos con un producto que englobaríamos en la vertiente más ecologista del género, usando la ciencia-ficción como excusa para plantear o denunciar problemas reales (y hablamos de 1972). En él se nos presenta un futuro más bien incierto, donde la naturaleza ha desaparecido de la Tierra, por culpa de la estupidez humana, y los últimos bosques crecen flotando en el espacio en unas naves acondicionadas para su conservación. Ciertamente una fantástica idea sobre la que construir un gran film. Pero se queda en la mitad. El guión está escrito por Deric Washburn, El director Michael Cimino y Steve Bochco (sí señores, el de “Canción Triste de Hill Street” y “La Ley De Los Ángeles”). Tres grandes cerebros que conciben una historia llena de buenas ideas mal desarrolladas. Si a eso le añadimos una floja realización del inexperto trumbull, nos encontramos con un resultado mediocre. Porque el guión de “Naves Misteriosas” está lleno de agujeros. Hay demasiadas cosas que no explican, errores básicos que podrían haber sido corregidos con un mínimo esfuerzo (¿cómo sobrevive la Tierra sin el oxígeno que producen las plantas? o, ¿por qué le ordenan destruir los viveros que trasportan?). Además, los personajes llegan a desagradar desde el primer momento. Se supone que el botánico Freeman Lowell (Bruce Dern) hace lo imposible por proteger las plantas que trasportan en las naves espaciales. Algo loable que debería despertar la simpatía y la compasión en el espectador. Pero no se consigue. Al contrario, contemplar a un desquiciado Bruce Dern poniendo esos ojos de loco que tanto le gusta no resulta muy reconfortante. Para colmo, el desarrollo de la trama es irregular. Porque después de que los hechos se desarrollan rápidamente en el inicio, el film se dedica a llenar tiempos muertos, hasta la resolución final. O sea, que la hora del medio, sobra. No llega a aburrir, pero poco le falta.
A destacar las bellas canciones de Joan Baez a lo largo del film, que le añade el toque lírico a la cinta. En verdad es que es una película de lo más setentera llena del espíritu hippie de la época.
Silent Running ha desarrollado una fama de culto en años recientes, en especial por la calidad de sus efectos y su mensaje ecológico. Algunos lo consideran un clásico del género (por ejemplo, Steven Spielberg ), algo que parece excesivo. Es un film fallido, con buenas ideas y ejecución mediocre, que posee unos excelentes efectos especiales. Pero aún así, a pesar de todo, es una gran película que entra dentro del grupo de las grandes del género. No todos los filmes tienen por qué ser "Ciudadano Kane".
Anna es una mujer treintañera, casada y en plena crisis conyugal que visita la islita anglonormanda de Jersey. Allí conoce a Hugh, un mozarrón local de mandíbula cuadrada, bastante más joven que ella, del que (como mandan los cánones de las historias románticas tipo Barbara Steele y similares) se enamora perdidamente. Los recién estrenados amantes se dedican a mirarse a los ojos, pasear por hermosos paisajes, escuchar el oleaje, conocerse en el sentido bíblico de la expresión (ejem) y jurarse amor eterno mientras Anna renuncia a su matrimonio y, de paso, hacen una escapada a Escocia (para seguir haciendo lo mismo… esto es: mirarse a los ojos, pasear por hermosos paisajes clavadicos a los anglonormandos, escuchar el oleaje de nuevo, tener ayuntamiento carnal con regular frecuencia y volver a jurarse amor eterno). En éstas que Hugh (quién lo diría… siendo el más joven de la pareja) sufre un ataque al corazón y muere en brazos de Anna, en una playa preciosa y un marco incomparable. Bueh… Pues punto y final. Fue bonito mientras duró, la vida es cruel y las historias de amor con final trágico son las más enternecedoras ¿Verdad…?
Pues no, mes amis… Esto es una película de miedo. Y recuerden voacés que antes he dicho que los dos amantes se habían jurado “amor eterno”. Literalmente…
Ficha Técnica
Director: Fred Burnley / Productora: TIGON Films. / Guión: Gordon Honeycombe y Rosemary Davies (basado en la novela del primero) / Fotografía: David Muir / Música: Nachum Heiman / Montaje: Norman Wanstall / Intérpretes: Susan Hampshire, Michael Petrovich, Frank Finlay, Michael Craze, Jack Lambert, Betty Duncan, David Garth, Anthony Booth / Nacionalidad y año: Reino Unido 1972 / Duración y Datos Técnicos: 110 min. Color. DVDRip Dual Castellano/Inglés)
Comentario
Estaba yo el otro día haciendo unos conjuros mágicos en la cripta que tengo debajo de mi casa (nada… Una cosa de encargo por cuenta de un amigo mío que está afiliado a un partido político y que quiere que a determinado candidato le caiga un piano encima cuando va por la calle. Bueh… Y de paso que mirase a ver si podía conseguir que le tocase el cupón de la ONCE) cuando, inopinadamente, realicé alguna operación de forma incorrecta y en medio de la estancia se materializó el demonio Pulgatómika. Como es un diablo del infierno al que conozco desde hace un tiempo y que me debía un favor, me dijo que le pidiese un deseo, el que fuera, que me lo concedía en el acto… Pillado de improviso, dudé un momento sin saber qué elegir entre todo lo que tenía en mente (la paz en el mundo, que terminase la crisis, que Bill Gates muriese de repente dejándome heredero de toda su fortuna, que mi jefe resultara ser un criminal de guerra serbio al que va a juzgar el Tribunal Penal de La Haya, que mi señora esposa se convirtiese en una especie de clon de Scarlett Johansson… cosas así). El caso es que me puse nervioso y al final me decidí por pedirle que montase un audio en castellano (procedente de un VHSRip) sobre el ripeo de un DVD de Neither The Sea Nor The Sand que yo tenía. Cuando uno se ve tan presionado, obligado a pedir algo sobre la marcha, así, de sopetón, pasan estas cosas…
Alguna vez he comentado cuánto me llama la atención eso que los angloparlantes (tan modernos y finos ellos) denominan Crossover y que nosotros, vulgares y pobretones descendientes de romanos muertosdehambre denominamos, prosaicamente, Cruce De Géneros. Sobra decir que cuando hablo de géneros (y de cruce) doy por hecho que uno de ellos es el de Terror, por supuesto…
Y es que, de todos los géneros cinematográficos, el más dado a cruzarse (el más promiscuo, podríamos decir) es el terrorífico. Porque casi no hay palo que no haya tocado ni cama en la que no se haya metido (ejem). Piénsenlo vuesas mercedes: el Terror es un Casanova insaciable que ha flirteado con todos los demás géneros que en el mundo han sido. Con la Ciencia-Ficción forma un matrimonio estable e indestructible (resulta difícil deslindar dónde empieza el uno y termina la otra… Aunque la cosa viene de muy atrás. De la misma literatura. Piensen voacés que a principios del siglo XIX se publicó Frankenstein O El Moderno Prometeo de Mary Shelley).
Algo parecido ocurre con el tema Histórico (lo que demuestra que nos encontramos con un evidente caso de bigamia). Y también en este caso el matrimonio Terror-Ficción Histórica viene de largo. Desde el mismísimo nacimiento de la literatura de miedo como género independiente y reconocible en el siglo XVIII (¿Qué otra cosa fue la novela gótica inglesa, coñe?).
No obstante, quiero señalar una cosa que, en este punto, me trae a mal traer: Aunque hay montones de películas de terror con ambientación “de época” (sobre todo del siglo XIX, pero también del XVIII, XVII y una indefinida y encantadora Edad Media que casi siempre está, infaliblemente, entre los siglos XIII y XIV. Aunque muy idealizados, eso sí) encuentro a faltar incursiones del género en otros periodos cronológicos. No sé… Imaginen voacés una peli de miedo ambientada en tiempos del Califato de Córdoba; o durante las grandes migraciones de los siglos V y VI; o en el Egipto ptolemaico; o en la Britania romana del siglo III. Sí… ya sé que en una película española de 1971 titulada “Pastel De Sangre” aparece un episodio de tema vampírico ambientado en tiempos del Imperio romano (originalísima idea) pero es un caso aislado y, además, absolutamente fallido. Y el único ejemplo que se me ocurre de algo parecido y bien resuelto es esa peli titulada “El Guerrero Número Trece”, protagonizada por Antonio Banderas, basada en una novela de Michael Crichton (la única que a mí me gusta de ese hombre, por cierto) y ambientada en un nebuloso siglo IX lleno de vikingos y embajadores abbásidas más o menos desubicados (y, por eso mismo, eficaz, originalísima y estimable. Y, hasta cierto punto, de miedo, coñe). Urgentemente reivindicable, por cierto.
Ésas son las esposas oficiales. Las que reconoce la ley del profeta. Luego están las amantes ocasionales y las concubinas permanentes, aceptadas y formales. Porque, como el incorregible seductor que es, el Terror ha flirteado (y llegado a mayores) con todo lo que os podáis imaginar. Desde el Western (“Ravenous”, “Desapariciones”, “Billy The Kid Vs Dracula”, “El Charro De Las Calaveras”, “La Noche De Los Gigantes”) hasta el bélico (“Deadwatch”, “El Torreón”, “Dog Soldiers”) pasando por el cine negro (“El Corazón Del Ángel”), el de aventuras (“Caltiki, Il Mostro Immortale”, “La Montaña Del Dios Caníbal”), el de capa y espada (“Captain Kronos, Vampire Hunter” o esos ejemplos recientes –e infumables- que son “Van Helsing” y “Solomon Kane”) e incluso el musical (que nadie se ría… ¿Os acordáis de “The Wicker Man”? Seguro que sí, ejem). Si aceptamos “El Hombre Lobo De Washington” como cine político y “Cabeza Borradora” como cine de autor (que lo es) y algunas más por ese estilo, yo creo que el espectro queda completo…
Bueh… Me he dejado un género en la recámara. A mala leche, claro está. El drama romántico. Ya sabéis: Todas esas historias de amor más o menos dramáticas y un puntico tremendonas que cuando éramos pequeños (los chicos, digo) pensábamos que sólo les gustaban a nuestras madres y abuelas. Y a las niñas que iban a nuestra clase (a ellas también, supongo… Ahora no me acuerdo bien, pero esa especie de pseudo-machismo infantil es una cosa que estará investigada).
Cuando entro en una de esas librerías grandes que son casi las únicas que existen ahora (tipo Fnac, El Corte Inglés o La Casa Del Libro) hay tres grandes estanterías en las que nunca me detengo porque no me interesan absolutamente nada. La de Más Vendidos o Best Sellers (allá cada cual con sus gustos y preferencias… Al fin y al cabo, hasta a Adolfo Hitler lo eligieron en elecciones democráticas y por mayoría), la de Novela Histórica (me apasiona la historia y, al mismo tiempo, soy un lector compulsivo de novela ¿Hace falta explicar más? Pues eso) y la de Novela Romántica (todos esos volúmenes grandes en rústica, lomos en color rosado o lila y letras doradas, con señoritas pechugonas vestidas con ropajes rasgados abrazadas por maromos de mandíbula cuadrada y brazos musculados como una especie de Conan-de-andar-por-casa sobre un fondo de atardecer rojizo en la portada echan para atrás al más pintado. Coñe… Es que hasta da vergüenza que te pillen cerca si te encuentras con alguien en la librería…).
Bueh… pues fijen voacés esa imagen. La de esos libros en rústica del último estante. Porque precisamente de eso se trata en el caso de esta película. De maridar una historia de Terror en sentido estricto con el argumento de una de esas novelas de lomo rosa y letras doradas que conocemos como “Románticas”.
Hay otras películas de miedo en las que aparecen historias de amor. Muchísimas. E incluso algunas en la que la subtrama erótico-amorosa es particularmente importante. Desde “La Llamada” (1965) de Setó hasta el “Drácula” (1992) de Coppola, los ejemplos serían interminables.
Pero, en todas ellas, la adscripción al género terrorífico es lo que las verdaderamente define y el pespunte amoroso-sensual no es sino un elemento secundario, más o menos importante, pero no básico ni indispensable. No son crossovers, vaya.
En ésta no. En ésta el cruce de géneros es la propia razón de ser de la película. Porque lo que hace “Neither The Sea Nor The Sand” es mezclar los dos ingredientes (el terror y el drama romántico) sin pudor alguno y hasta las últimas consecuencias.
No conozco la novela de Honeycombe en la que se inspira el guión (que el propio autor adaptó, por cierto). Y, de hecho, ignoro si me estoy pasando un poco y la obra original no era, estrictamente, una de esas historietas de amor romántico al estilo de las de Barbara Steele. Es más, por lo que sé hubo algunos cambios en el guión que, según el autor, modificaban completamente el espíritu original de su historia (en la novela, según parece, la protagonista femenina era una chica jovencita y el mozarrón era un caballero de mediana edad. El detalle tiene su importancia). Pero, en cualquier caso, el resultado está a la vista. Y lo que queda es un pluscuamperfecto crossover entre el terror sobrenatural y el drama romántico más o menos lacrimoso.
Por la parte amorosa y romancesca aparecen todos los ingredientes del melodramón de lágrima fácil que hace las delicias de los aficionados (mejor dicho... de las aficionadas. Para qué nos vamos a engañar con correcciones políticas innecesarias). Mujer casada treintañera con matrimonio en crisis, mocetón de aspecto sensible y viril a la vez (y si puede ser, con cierto aire meridional, que es algo que siempre queda bien), paisajes hermosos, atardeceres interminables, el furioso batir de las olas contra las rocas de los acantilados, los paseos por la playa bien abrazadicos los dos, las puestas de sol, las escenas de cama delicadamente apasionadas (tiernas y fogosas al mismo tiempo, al gusto del respetable), los jerséis de lana de oveja de las islas Shetland, el leve desafío a las convenciones (“a la mierda el qué dirán, cariño mío”), las confidencias junto a la chimenea a primera hora de la noche, el viento despeinando elegantemente los flequillos y las declaraciones de amor eterno mirándose fijamente a los ojos. Y todo rematado, como mandan los cánones, por una escena trágica, inevitable y resolutiva en la que uno de los dos amantes (en este caso el moreno y apuesto Hugh) muere y sume en la más absoluta desolación al otro (la rubia y adorable Anna).
Y a partir de ahí entra en escena la parte terrorífica y sobrenatural, mes amis. Y lo hace también a conciencia. Porque, como he comentado en la sinopsis, los dos amantes se habían jurado amor eterno. O, mejor dicho, se habían prometido el uno al otro no separarse nunca. Y, como cualquiera puede imaginar, el bueno de Hugh cumple su promesa. No deja a Anna en la estacada, no señor. Hugh es un tipo serio y formal y lo suyo no es un calentón de verano. Lo suyo es para siempre.
¿Alguno de vosotros ha leído un relato de Jacobs, escrito en el siglo XIX y titulado La Pata De Mono? Es una de las historias de terror clásico más conocidas y eficaces (y mira que hay). Bueh... Pues, de alguna forma, en esta película (y en la novela original de Honeycombe) se juega un poco con lo que el cuento de Jacobs planteaba. Vamos, que Honeycombe tenía en mente la historia escrita en el siglo XIX al escribir la suya.
Efectivamente, no destripo nada si os digo que Hugh, cumpliendo su palabra, vuelve junto a Anna después de muerto. Lo curioso y lo realmente original de la película es la forma en que lo hace. Y el desarrollo que la historia tiene a partir de ese momento.
Que quede claro, por enésima vez, que esto es, en el fondo, una peli de miedo. Vamos, que no es Ghost ni nada parecido. Hugh vuelve en cuerpo y alma (bueh... lo del alma sería opinable). Algo torpón, silencioso e inexpresivo, sí, pero reconocible, absolutamente corpóreo y tangible.
Anna lo recibe al principio alborozada y feliz. El milagro del amor ha vencido a la propia muerte y los dos amantes están juntos para siempre. Pero ocurre que el mozo está, real, inevitablemente, muerto; y eso complica un poquico las cosas. El hermano de Hugh es consciente de lo terrible (lo casi blasfemo) de la situación. El resto de la gente no debe saber lo que está ocurriendo (¿Cómo vas a explicar algo así?), hay cosas que ya no resultan tan fáciles y naturales como al principio incluso para la pareja más enamorada del mundo (jejeje) y, para colmo, la naturaleza sigue su curso y ya se sabe que los cuerpos muertos terminan (esto... ejem...) sufriendo un proceso físico que conocemos como “descomposición”.
Pues eso... Imagínenselo voacés.
¿Recuerdan vuesas mercedes una canción de finales de los 80’s o principios de los 90’s que se titulaba Mi Novio Es Un Zombi? Era de Alaska Y Dinarama (¿O ya habían mutado en Fangoria?) aunque la versión original la había escrito Nacho Canut para su banda paralela Los Vegetales. ¿La recuerdan? Bueno... Pues ésa es la idea, mes amis.
Porque, efectivamente, el bueno de Hugh no es otra cosa que un zombi; un zombi como la copa de un pino (mal que le pese a la rubia y enamorada Anna).
Recuerdo que hace unos meses comenté, en otro foro, algo sobre la película ésta. Alguien me preguntó qué pensaba yo sobre el personaje del muerto revivido, si era un fantasma o un zombi strictu-sensu. Y, reconociendo que no se agota en un solo aspecto (sobre el tema hay opiniones y la mía no vale nada) yo contesté que lo consideraba un zombi más que otra cosa. Un zombi, sí señor. Aunque un zombi pre-Romero (y no del todo... lo de pre-Romero, digo... Porque algo debe al arquetipo fijado en “The Night Of The Living Dead” de 1968). Y, sobre todo, un zombi enamorado (para que veamos que también tienen su corazoncito).
En su momento, el público, la crítica y los distribuidores no debieron verlo tan claro. Sobre todo porque el título con el que la peli apareció en USA parece jugar a otra cosa. Efectivamente, en los Estados Unidos la cinta fue titulada “The Exorcism Of Hugh”, seguramente intentando aprovechar la estela de la moda que “El Exorcista” de Friedkin (estrenada a finales de 1973) implantó. Para cualquier que vea la película, la trampa de los distribuidores americanos es evidente, porque en “Neither The Sea Nor The Sand” no hay exorcismos, diabolismos, posesiones ni nada que se le acerque remotamente. Esto, como he dicho al principio, es una mezcla de drama romántico y terror de la vieja escuela. Para el caso, hubiesen hecho mejor eligiendo como título Zombies In Love. Al menos no habrían mentido.
Bueh... Y ya me he enrollado bastante, así que voy a ir terminando.
Aquí les dejo, mes amis, la película para que le echen un vistazo y saquen sus propias conclusiones, que son las que valen, al fin y al cabo. Pero antes quiero dejar claro que a mí me ha parecido, de siempre, una peli interesantísima, original y muy bien resuelta. Toda la segunda parte, la de la presencia sobrenatural del muerto viviente Hugh, está verdaderamente lograda y no chirría en ningún momento, (a pesar del carácter fantástico de lo que está contando). Las reacciones de Anna (Susan Hampshire) a las diferentes situaciones, desde la aparición de su amante revivido a la progresiva decadencia física y la descomposición que su cuerpo (animado pero, en el fondo, muerto) va sufriendo, son perfectamente razonables y, lo que es más importante, creíbles. El miedo aquí no surge de ninguna amenaza evidente, de ninguna escena desagradable o epatante. Lo inquietante, lo desazonador es la propia situación... Hay un poso de horror incómodo y (por utilizar una terminología algo forzada) blasfemo en la aparente naturalidad con que Anna acepta la presencia de su amante muerto, lo acaricia, lo acomoda en el salón y lo arropa frente al fuego. Como lo hay en la progresiva constatación de su repugnancia, leve al principio, evidente al final, ante los cambios “físicos” que el cuerpo de Hugh va sufriendo (incluido el hedor de la corrupción).
Y ya vale, que cada día estoy más pelma y más insoportable.
La peli es un DVDRip hecho por mí de una edición británica que tenía desde hace ya tiempo. Como he comentado, encontré un VHSRip en castellano y le pedí a maese Pulgatómika que montase el audio sobre mi ripeo. La calidad de imagen, creo yo, es muy buena. Y la de sonido también.
Al hacer el montaje maese Pulga sólo incluyó el audio en castellano (Fue culpa mía. Se me pasó decirle que mantuviese el carácter dual... y eso que lo comentamos expresamente. Pero ya digo, fue un despiste mío). Así que cuando tuve la versión doblada, y para no volver a molestar a maese Pulga, intenté yo mismo añadirle el audio inglés. Ya he dicho que soy más torpe que un cerrojo, pero algo tan sencillo sí que puedo hacerlo. No obstante, por la razón que sea el VirtualDubMob no me dejó trabajar y al final recurrí a otro amigo llamado maese Arch Stanton (a él no tuve que amenazarle con nada. Ni me debe ningún favor. Simplemente odia a toda la humanidad lo suficiente como para colaborar conmigo en mis proyectos y refocilarse luego en todo el mal innecesario y gratuito que voy sembrando aquí y allá, jejejeje) que fue el que añadió el audio inglés al montaje de maese Pulga.
Esta vez no está cortada con File Splitter & Joiner sino con Winrar. Está subida a Rapidshare y Megaupload. Los archivos, como es evidente, son intercambiables y el peso total del archivo .avi resultante es de más de 1,6 Gb.
Pues eso, que la disfruten voacés. Yo lo he hecho. Mucho.
En la Tierra comienzan a sucederse ataques de OVNIs. Reunido un comité internacional, el mismo nombra al comandante Straker para que se haga cargo y elabore un proyecto de defensa. El mismo da por resultado a SHADO, una avanzada organización militar con bases en la Luna y armamentos de última tecnología. Pero los aliens siguen avanzando y sus métodos de infilitración son cada vez más sofisticados. Ultimos seres de una civilización que se extingue, necesitan de los organos humanos para transplantes que los mantengan con vida. En su desesperación, lanzarán un ataque final contra el planeta; y SHADO parece ser el único escudo que mantiene la humanidad para evitar la invasión.
Ficha Técnica
Dirección: Gerry Anderson, Dave Lane y David Tomblin./ Productor: Reg Hill / Productor Ejecutivo: Gerry Anderson / Guión: David Tomblin, Tony Barwick, Gerry y Sylvia Anderson, sobre una idea de Gerry Anderson./ Fotografía: Brendan J. Stafford./ Música: Barry Gray./ Efectos Especiales: Derek Meddings. /Intérpretes: J Ed Bishop (comandante Ed Straker), Michael Billington (coronel Paul Foster), Wanda Ventham (coronel Virginia Lake), George Sewell (coronel Alec Freeman),… Nacionalidad y año: Reino Unido 1972. Duración y datos técnicos: 97 min. (Doblada al español)
Comentario
El matrimonio Anderson (Gerry y Sylvia) ha dejado su legado en la historia del cine y la televisión principalmente por las siguientes cosas: unas fantásticas marionetas, cientos de entretenidas historias futuristas, increíbles maquetas de edificios, armas y naves (voladoras, espaciales, terrestres y sumergibles, terrícolas o alienígenas) llenas de imaginación y procurando evitar la cutrez, un vestuario de lo más “chic” y una larga cantidad de minutos de diálogos sin sentido del estilo de: “base Alfa, preparen el acoplamiento” o “interceptor x-4, listo para la inmersión”. Podríamos decir que su lema a la hora de trabajar era el tan manido “la imaginación al poder”, porque consiguieron recrear un futuro lleno de aventuras, color y unos aparatos que dejaba a los jóvenes (y no tan jóvenes) boquiabiertos. Todos recordamos (por lo menos los de cierta edad) a los fabulosos “Thunderbirds” (con sus simpáticas marionetas) y la serie “Espacio 1999”, repletas de acción, aventuras, fantasía y cientos de efectos que, aunque evidentes en su gran mayoría (las citadas maquetas), nos hacían disfrutar de lo lindo, llevándose la palma (en mi caso) en cuanto a preferencias televisivas se refiere en aquellos tiempos. “Invasion OVNI” (1970 - 1971) fue su primer proyecto realizado con actores, ya que hasta entonces habían alcanzado fama internacional con sus marionetas futuristas que dieran a luz “Stingray” y la ya citada “Thunderbirds”, entre otras series de culto, destinadas sobre todo al público infantil. En este caso nos encontramos claramente con un producto adulto. Muertes en primer plano, mujeres abundantes en mallas ajustadas, y tramas más sofisticadas. De todos modos no deja de despedir un fuerte tufillo adolescente por todos lados. A decir verdad, las producciones del matrimonio Anderson vendrían a ser lo más parecido a traducir los efectos especiales orientales a los códigos de la civilización occidental. De hecho se pueden percibir bastantes similitudes entre las producciones niponas y los productos de los Anderson. Lo que aquí comentamos es un filme que compila una serie de capítulos de la serie televisiva. Definitivamente es entretenido e interesante, aunque no siempre resulte coherente, fundamentalmente por el hecho de que es un collage hecho a partir de 6 capítulos diferentes. Uno va a ver personajes que desaparecen porque sí, sin ninguna explicación, y a veces el cambio entre escenas es algo brusco. Pero en sí es un entretenimiento más que potable. Aquí se ven las semillas de lo que sería la simpar “Espacio: 1999” (1975 - 1978). De hecho esa serie fue originalmente planeada como una secuela de “Invasion Ovni”, pero los productores terminaron por cambiar de idea, amén de querer generar un producto más en la onda de “Star Trek”. La idea original era lanzar un secuela centrada en la base lunar de SHADO (la organización de defensa anti alienígena), pero el proyecto evolucionó hacia convertirse en la serie protagonizada por Martin Landau y Barbara Bain.. Ciertamente las premisas básicas son algo tontas: eso de que los aliens vengan viajando durante años luz, y generen ataques de uno o dos platillos voladores no parece muy lógico, y del mismo modo lo es la idea de que vengan a robar órganos humanos para transplantarse. Aquí lo que interesa es la acción; y los efectos especiales son realmente buenos. Mientras que los ovnis en sí dejan bastante que desear, el resto de los modelos son de una sofisticación sorprendente. Al tener más tiempo dedicado a los actores y acción en estudio, los Anderson dispusieron de un margen mayor a lo habitual para generar secuencias de efectos especiales de calidad. El nivel de detalle de los modelos a escala es realmente fabuloso, y ver a las maquetas en acción sobre las nubes, en el agua o en el espacio es fascinante. Es en esas escenas en donde se compensa la falta de sustento del resto de la historia. Como dije antes, cambien los actores por unos tipos japoneses en disfraces, e “Invasión Ovni” sería un producto típico de la Toho. “Invasión Ovni” es un film interesante como cápsula del tiempo. Para pasar el rato y recordar momentos de la niñez, termina por ser un entretenimiento más que recomendable. “Plan 9” invade tu pantalla.
Es el año 1991. En este futuro alternativo, perros y gatos han desaparecido de la faz de la Tierra hace 8 años a causa de un virus desconocido. Los seres humanos han adoptado a los simios como mascotas, y su extrema facilidad para aprender los ha hecho evolucionar, siendo adiestrados para realizar tareas complejas. Pero en vez de ser ayudantes de las tareas humanas, con el paso del tiempo se han transformado en verdaderos esclavos. La humanidad también ha cambiado: ahora Norteamérica está regida por un gobierno autoritario que poda las libertades civiles y vive en permanente estado de alerta. Es que ya han pasado 20 años desde que Cornelius y Zira llegaran a la Tierra desde el futuro en la nave espacial de Taylor, y profetizaran un mundo dominado por los simios. Ellos fueron asesinados pero su hijo ha crecido bajo el cuidado de Armando, el compasivo dueño de un circo. Pero cuando Armando y el simio parlante llegan a la ciudad, sólo ven violencia extrema aplicada a los primates, lo que motiva la protesta del simio en voz alta. Su identidad secreta (la que celosamente guardaba Armando todos estos años)queda revelada, y se desata una búsqueda implacable del simio parlante. Este logra huir y se infiltra en un cargamento de simios recién llegado para adiestramiento. Pero Armando es apresado y sometido a extremos interrogatorios; en uno de ellos intenta escapar y perece. El simio se entera y en su furia comienza a una revolución.
Ficha Técnica
Director: J. Lee Thompson / Productor: Arthur P. Jacobs para 20th Century Fox / Guión: Paul Dehn, basado en los personajes de la novela de Pierre Boulle / Fotografía: Bruce Surtees / Música: Tom Scott / Montaje: Marjorie Fowler y Alan Jaggs / Efectos especiales: John Chambers (maquillajes), L.B. Abbott (efectos visuales) / Intérpretes: Roddy McDowall (César), Don Murray (Breck), Natalie Trundy (Lisa), Hari Rhodes (MacDonald), Severn Darden (Kolp), Lou Wagner (Busboy), Asa Maynor (Mrs. Riley), H.M. Wynant (Hoskyns), David Chow (Aldo), Buck Kartalian (Frank – Gorila), John Dennis (Policía). Paul Comi ( Policía), Joyce Haber (Zelda), Ricardo Montalban (Armando),... / Nacionalidad y año: USA 1972 / Duración y datos técnicos: 88 min. color 2.35:1.
Comentario
La rebelión de los simios es la cuarta de las entregas (mucho más vulgar que las tres anteriores, pero aún superior a la siguiente) del serial que derivó de “El planeta de los simios” (1968). Roddy McDowall (envuelto en un maquillaje de complejidad sensiblemente inferior al de los episodios anteriores) es César, el hijo de la pareja simia asesinada en la entrega precedente. convenido en un líder revolucionario que lleva a los de su especie a doblegar a la humanidad y a conquistar el mundo. Después de una larga temporada en que los simios han ejercido de mascotas (los perros y gatos han sido fulminados por una extraña pandemia) y han soportado todo tipo de vejaciones, César decide que ha llegado la hora de darle la vuelta a la tortilla. Todas las razas simiescas le dan la razón y se agrupan en un solo ejército (aunque en la siguiente entrega organizarán una guerra civil) ante el que la fuerza militar de los Estados Unidos, convertidos en un estado fascista, queda en ridículo. Después de sufrir unas pocas bajas, los simios se apoderan del planeta y le hacen probar a la raza humana un poco de su propia medicina. “La rebelión de los simios” fue, tanto argumental como conceptualmente el principio del fin: si la línea argumental de la saga veía su conclusión por acercamiento al punto de partida, el propio concepto de la serie dejaba entrever su inutilidad. Después de esta fatídica entrega, la serie no levantaría cabeza. Eso sí, como todas las películas de la saga, mantiene esos visos de “alegoría” presentes en toda las películas. En “Regreso al Planeta de los Simios” (1970) había visos torpes, pero en esta entrega hay repercusiones evidentes de lo que fueron los movimientos raciales de la Norteamérica de los 60 (y es por ello que la tercera secuela siempre resultó popular entre la audiencia negra ). De los filmes de la saga vistos hasta ahora, es quizás el más evidente y redondo en ese aspecto.
El doctor Kris Kelvin (Donatas Banionis) viaja al planeta Solaris para investigar unos extraños sucesos en la estación espacial que esta situada en la órbita del planeta y elaborar un informe de los mismos.
Sin embargo una vez allí se enfrentara a algo totalmente desconocido que pone a prueba toda su experiencia profesional lejos de toda lógica humana.
Ficha Técnica
Director: Andrei Tarkovski / Productor: Viacheslav Tarasov / Guión: Fridrikh Gorenshtein y Andrei Tarkovsky, sobre una novela de Stanislaw Lem / Fotografía: Vadim Yusov / Música: Eduard Artemyev / Montaje: Lyudmila Feiginova y Nina Marcus / Intérpretes: Natalya Bondarchuk (Hari), Donatas Banionis (Kris Kelvin), Jüri Järvet (Dr. Snaut), Vladislav Dvorzhetsky, (Henri Berton), Nikolai Grinko (Padre de Kelvin), Anatoli Solonitsyn (Dr. Sartorius), Sos Sargsyan (Dr. Gibarian), Olga Barnet (Madre de Kelvin), Tamara Ogorodnikova (Tía Anna), Georgi Tejkh ... / Nacionalidad y año: URSS 1972 / Duración y datos técnicos: 115 min. color,2.35 : 1 (V.O.S.E.)
Comentario
Impresionante película de ciencia-ficción basada en la novela del escritor polaco Stanislaw Lem y realizada por el director ruso Andrei Tarkovsky, quizás el mejor director Soviético desde Eisenstein. Fue estrenada bajo la consigna de “la respuesta soviética al 2001 americano”, y aunque es similar en cuanto a lo críptico de su trama, visualmente es completamente diferente ya que el film de Kubrick está lleno de grandiosos efectos especiales y “Solaris” se centra más en el interior de los personajes. Nos encontramos con un drama psicológico concebido para la introspección del individuo, una reflexión de carácter existencialista en la que se intenta penetrar en las oscuras profundidades del alma humana. Es, sin lugar a dudas una película de personajes de carne y hueso que sienten y padecen.
Aunque muchos la encuentren aburrida, incomprensible o lenta en su desarrollo, no deja de ser una obra maestra y, más aún, una película sumamente enigmática y fascinante a través de la cual Tarkovsky busca expandir el género de la ciencia-ficción mediante una máxima estilización narrativa y visual, inspirándose sobre todo en las pinturas renacentistas del pintor italiano Vittore Carpaccio para los paisajes del planeta donde trascurre la historia.
En 1972 Solaris se exhibió en el Festival de Cannes y ganó el Premio Especial del Jurado, el premio FIPRESCI y fue nominado a la Palma de Oro del festival. En 1977 ganó el premio a la Mejor Película de Ciencia Ficción que otorga la “Academia de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror” de Estados Unidos.
En el siglo XXI la vida vegetal ha desaparecido de la faz de la Tierra y lo poco que queda aún de esa valiosa flora se encuentra en tres naves espaciales botánicas situadas en la orbita con Saturno. Con la esperanza depositada de que algún día se pueda repoblar de nuevo el planeta con las pocas especies existentes en las naves, el botánico Freeman Lowell (Bruce Dern) se responsabiliza de su cuidado y mantenimiento de una de ellas, la Valley Fogue, hasta que recibe una inesperada orden de destruir todas las especies y regresar a La Tierra. Ante esta situación Lowell deberá tomar medidas desesperadas
Ficha Técnica
Director: Douglas Trumbull / Productores: Michael Gruskoff, Douglas Trumbull para Michael Gruskoff Prod. – Universal Pictures / Guión: Deric Washburn, Michael Cimino y Steven Bochco / Fotografía: Charles F. Wheeler / Música: Peter Schickele, con canciones de Joan Baez / Efectos especiales: Douglas Trumbull, Richard Yuricich, John Dykstra / Montaje: Aaron Stell / Intérpretes: Bruce Dern (Freeman Lowell), Cliff Potts (John Keenan), Ron Rifkin (Marty Barker), Jesse Vint (Andy Wolf), Steve Brown, Mark Persons, Cheryl Sparks, Larry Whisenhunt, Joseph Campanella (voz), Roy Engel (voz) / Nacionalidad y año: USA 1972 / Duración y datos técnicos: 89 min. color, 1.85:1.
Comentario
“Naves Misteriosas” es el debut en la realización de uno de los grandes en el campo de los efectos especiales. Douglas Trumbull es el encargado de los fx en películas tan emblemáticas como: “2001: una odisea en el espacio” (Stanley Kubrick, 1968), “Blade Runner” (Ridley Scout, 1982), “Encuentros en la Tercera Fase” (Steven Spielberg, 1977), “Star Trek, La Película (Robert Wise, 1979) y, por supuesto, del film que nos ocupa. Como suele ocurrir en las películas en las que participa Trumbull, los efectos especiales son formidables. En su doble papel de director y encargado de los fx, Trumbull se esmera, llegando a filmar secuencias tan fantásticas como el vuelo a través de los anillos de Saturno (pensad que estamos en 1972). Además, aparte de las maquetas (que son una auténtica maravilla), los interiores son perfectos: muy verosímiles, elaborados (véase el panel de mandos de la “Valley Forge”) y majestuosos (fue rodado en un portaviones a punto de ser desguazado). Los decorados están verdaderamente conseguidos. En realidad, técnicamente lo borda y es un film avanzado a su tiempo. Pero por otro lado, “Naves Misteriosas” es un film fallido, con muy buenas intenciones que no acaban de cuajar en el resultado final. Nos encontramos con un producto que englobaríamos en la vertiente más ecologista del género, usando la ciencia-ficción como excusa para plantear o denunciar problemas reales (y hablamos de 1972). En él se nos presenta un futuro más bien incierto, donde la naturaleza ha desaparecido de la Tierra, por culpa de la estupidez humana, y los últimos bosques crecen flotando en el espacio en unas naves acondicionadas para su conservación. Ciertamente una fantástica idea sobre la que construir un gran film. Pero se queda en la mitad. El guión está escrito por Deric Washburn, El director Michael Cimino y Steve Bochco (sí señores, el de “Canción Triste de Hill Street” y “La Ley De Los Ángeles”). Tres grandes cerebros que conciben una historia llena de buenas ideas mal desarrolladas. Si a eso le añadimos una floja realización del inexperto trumbull, nos encontramos con un resultado mediocre. Porque el guión de “Naves Misteriosas” está lleno de agujeros. Hay demasiadas cosas que no explican, errores básicos que podrían haber sido corregidos con un mínimo esfuerzo (¿cómo sobrevive la Tierra sin el oxígeno que producen las plantas? o, ¿por qué le ordenan destruir los viveros que trasportan?). Además, los personajes llegan a desagradar desde el primer momento. Se supone que el botánico Freeman Lowell (Bruce Dern) hace lo imposible por proteger las plantas que trasportan en las naves espaciales. Algo loable que debería despertar la simpatía y la compasión en el espectador. Pero no se consigue. Al contrario, contemplar a un desquiciado Bruce Dern poniendo esos ojos de loco que tanto le gusta no resulta muy reconfortante. Para colmo, el desarrollo de la trama es irregular. Porque después de que los hechos se desarrollan rápidamente en el inicio, el film se dedica a llenar tiempos muertos, hasta la resolución final. O sea, que la hora del medio, sobra. No llega a aburrir, pero poco le falta. A destacar las bellas canciones de Joan Baez a lo largo del film, que le añade el toque lírico a la cinta. En verdad es que es una película de lo más setentera llena del espíritu hippie de la época. Silent Running ha desarrollado una fama de culto en años recientes, en especial por la calidad de sus efectos y su mensaje ecológico. Algunos lo consideran un clásico del género (por ejemplo, Steven Spielberg ), algo que parece excesivo. Es un film fallido, con buenas ideas y ejecución mediocre, que posee unos excelentes efectos especiales. Pero aún así, a pesar de todo, es una gran película que entra dentro del grupo de las grandes del género. No todos los filmes tienen por qué ser "Ciudadano Kane".